Actualizado: 12 abr 2023
La disciplina es un conjunto de reglas de comportamiento para mantener el orden y la subordinación entre los miembros de una comunidad que nos conducirá a un determinado resultado.
Las comunidades como la japonesa viven amarrados a un alto grado de disciplina. Ellos sostienen que ésta, tarde o temprano, vence a la inteligencia, y así lograron vivir en el futuro.
Claro está que parte de su cultura está en sus valores. Algunos de los más visibles son:
El considerar al otro.
La dignidad del trabajo.
El respeto por la jerarquía.
El respeto a los mayores.
La puntualidad.
También es muy importante saber que la disciplina conforma parte de la enseñanza del nivel de formación primario y secundario, en donde se enseña el “Código Bushido”.
El bushido (traducido como El Camino del Guerrero) es el código ético tradicional que seguían los samuráis. Realmente una forma de vida estricta en la que se comprometían con valores.
Los más importantes que se destacan en el código son:
La creencia ciega en la Justicia.
El Coraje.
La Benevolencia.
El respeto.
La cortesía.
La honestidad.
El honor.
La lealtad.
Volviendo al concepto de disciplina y cómo podemos instrumentarla en las comunidades occidentales, debemos desmenuzar la definición que planteara al comienzo del artículo.
El componente a analizar y aplicar para poder incorporar la disciplina en nuestra vida y ser libres: El orden.
El orden podemos definirlo como la virtud de vivir de una manera organizada, puntual y limpia.
La organización personal
Vivir organizados implica irnos a dormir tratando de crear una estructura que nos permita alcanzar nuestras metas de manera sistemática (paso a paso), aprovechando al máximo los recursos que tenemos a disposición. El secreto no está en estructurar el movimiento, sino poner en marcha nuestra voluntad a la mañana siguiente, para, contra vientos y mareas, alcanzar nuestras metas. Si ponemos toda nuestra voluntad en movimiento, no serán necesarios tantos recursos.
La organización contribuye a que construyamos mejor comunicación, colaboración, compromiso y cumplimiento (cuatro C´s).
La puntualidad
Es una virtud de la que carecemos como comunidad, carencia que nos caracteriza ante el resto del mundo.
La puntualidad es una virtud. Ni más ni menos que la virtud de poder coordinarnos cronológicamente para cumplir un compromiso determinado.
A nivel de objetivos, la puntualidad consiste en alcanzar los resultados planteados en tiempo y forma. En este sentido, esa puntualidad gravitará entre la oportunidad, el ritmo y la duración.
La limpieza
Este punto en particular merece mayor atención ya que solemos encasillarlo dentro de la metodología 5´s, cuando de la disciplina japonesa se trata.
Si bien están conectados, la limpieza, a nivel disciplina personal (Osoji), se refiere a pautas que pueden sernos de gran utilidad para mejorar como personas; llegar a ser más íntegros y puros con nosotros mismos.
Limpieza, entonces, consiste en el aseo exhaustivo para desprendernos de objetos, hábitos y relaciones innecesarias e insanas, logrando así liberar la vida de cargas y mejorar la salud emocional.
Gabriel Calicchia
Director de Operaciones
Direccionar
Actualizado: 12 abr 2023
El 12 de febrero de 2001 diecisiete críticos de los modelos de mejora del desarrollo de software basados en procesos, convocados por Kent Beck, quien había publicado un par de años antes Extreme Programming Explained, libro en el que exponía una nueva metodología denominada Extreme Programming, se reunieron en Snowbird, Utah para tratar sobre técnicas y procesos para desarrollar software. En la reunión se acuñó el término “Métodos Ágiles” para definir a los métodos que estaban surgiendo como alternativa a las metodologías formales (CMMI, SPICE) a las que consideraban excesivamente “pesadas” y rígidas por su carácter normativo y fuerte dependencia de planificaciones detalladas previas al desarrollo.
Básicamente trabajaron focalizados el cinco aspectos fundamentales que debían ser observados para transformar la frustración en una gran oportunidad. Estos puntos son los que se grafican a continuación, conjuntamente con las actividades que debían cubrirse (requisitos) para comenzar a satisfacer al cliente (estándares de servicio):
Los integrantes de la reunión resumieron los principios sobre los que se basan los métodos alternativos en cuatro postulados, lo que ha quedado denominado como Manifiesto Ágil.
Los cuatro valores destacados para el manifiesto son:
De los cuatro valores estudiados en clase sobre el manifiesto ágil, se desarrollan 12 principios que deben ser aplicados al desarrollo de software:
Como las metodologías agiles están enfocadas a la satisfacción del cliente más que el dinero, es de vital importancia cumplir con las debidas entregas continuas de software útiles.
Gracias a la flexibilidad en la planeación de desarrollo del proyecto, nuevos requisitos pueden ser anexados o los ya existentes modificados incluso en las últimas etapas de desarrollo.
Para que el cliente este enterado de los avances del proyecto y haga sus apreciaciones a tiempo, se le hace entrega de software funcional entre periodos de tiempo corto (semanas).
El progreso del proyecto se puede medir mediante el funcionamiento del proyecto.
El cliente hace parte del proyecto, trabaja junto con los desarrolladores de forma profesional pero informal.
Las metodologías agiles se pueden aplicar a proyectos grandes o pequeños por lo tanto los integrantes del grupo deben promover el desarrollo sostenible.
Los responsables del proyecto y los desarrolladores trabajan unánimes durante todo el proyecto.
Se lleva a cabo un método importante a la hora de comunicar la información entre el equipo de desarrollo, y es el de la conversación cara a cara.
Se aceptan los cambios de requerimientos, ya que estos procesos ágiles aprovechan estos cambios para dar ventaja de competitividad al cliente.
La simplicidad o hacer las cosas más fáciles es esencial dentro del proceso.
La visión continua a la excelencia técnica y a un buen diseño tiene como finalidad la mejora de la agilidad.
Se puede afirmar que las mejores arquitecturas, requisitos y diseños se producen de un equipo auto-organizado.
Hemos concluido con éxito uno de los proyectos más desafiantes que nos tocara implementar: El Centro de Excelencia en Servicios Regional de Abbvie (CES). Esta unidad de apoyo, brinda servicios a las instalaciones de Argentina, Chile y Uruguay, con personal residente en cada país mencionado, y bajo la supervisión de una Coordinadora con asiento en el primero mencionado. Esta implementación tuvo la particularidad y desafío de haber sido desarrollada, en gran parte, durante la pandemia.
La particularidad que tiene éste, es que resuelve de manera eficiente y con vocación de servicio, las tareas que quitan tracción a las distintas unidades de negocios y a las Direcciones Médicas de las afiliadas de los países mencionados, cumpliendo con los requisitos de las políticas financieras y de compliance que regulan cada servicio que brindan.
Los procesos absorbidos por el CES son:
ACR - Carga de facturas comerciales.
Adquisiciones indirectas.
Donaciones
Eventos internos
Eventos organizados por Abbvie
Patrocinio de eventos
Patrocinio individual
Otros patrocinios
La eficiencia también se manifestó en la optimización del uso del Factor Humano, ya que las actividades son realizadas por "Especialistas" que fueron transferidos por las áreas que hoy gozan de estos servicios, y que se desempeñaban anteriormente como analistas y asistentes.
La satisfacción más grande, más allá de haberlos auditado y entregado la certificación de criterios de excelencia (ver foto), es que hayan pasado más que satisfactoriamente la auditoría de Compliance de Casa Matriz y que este CES sea actualmente considerado como un modelo de éxito, en su Casa Matriz.
Este proyecto no hubiera sido tan ameno de llevar a cabo, pese a las circunstancias mencionadas, sin la impronta y excelente actitud y aptitud proactiva de Gisele Wendler, su actual Coordinadora.
Queremos agradecer una vez más a Abbvie por confiar en nosotros tamaños desafíos.
"Juntos haremos que lo imposible ocurra".
